” con el que Joe Brainard, pintor e ilustrador de la Escuela de Nueva York, hizo varios textos y libros. Pilar, empatamos!”. Pilar: “¡ Recuerdo el albur acuñado de inmediato por el “ingenio” nacional: “¿ Recuerdo que muchos de esos malos sueños han sido en vigilia y conectados con ese otro instante previo que me reveló El Güero Jasso. Recuerdo que, como Carlyle, he detestado los sueños porque en ellos suele irme siempre peor, y yo soy peor, que en la realidad. ↑ α: Cristiano Ronaldo suele jugar como centrocampista en la Selección de fútbol de Portugal. 5.↑ Pelayo, Francisco. «Cristiano Ronaldo y Messi se retan». Recuerdo haber descrito así, años después, ese momento: “En algún lugar metafísico nuestro lateral derecho El Güero Cárdenas sigue persiguiendo al extremo izquierdo español Francisco Gento que desde la media cancha corre y sigue corriendo por toda la banda y luego centra; nuestro defensa Del Muro la desvía con la cabeza y el balón por desgracia le cae a Peyró, Peyró da a Del Sol y Del Sol le anota a nuestro portero Carvajal, quien patea los postes, se mesa los cabellos y llora como toda la nación mexicana”.
Recuerdo que el portero nacional Ignacio Calderón inauguró ahí aquella postura de la derrota que veríamos muchas veces luego de que el atacante inglés Bobby Charlton, desde 15 metros fuera del área, con su pierna “mala”, la derecha, lanzó un tiro al ángulo superior derecho “haciendo infructuosa” la estirada de Calderón, quien se quedó dramática y largamente tirado sobre el pasto, con el brazo extendido y la cabeza reclinada sobre el hombro. Recuerdo que Jasso recordaba: México iba a cobrar un córner y el entrenador nacional junto con Alejandro Scopelli, Ignacio Trelles, le dijo a Héctor Hernández que sacara el córner dándosela en corto a Del Águila y que entretuvieran ahí el balón, pegados lo más posible a la esquina, hasta consumir el último minuto para lograr un 0-0 de hazaña. Recuerdo el grito del locutor Fernando Marcos cuando en el segundo tiempo los defensas mexicanos Chaires, Núñez y Peña no atinan a salirle al paso al atacante francés que avanza a la portería mexicana, llega hasta el área grande, tira y anota el gol: “¿ Recuerdo el grito del locutor Fernando Marcos: “No lo falles, Borjita, no lo falles” antes de que nuestro delantero Enrique Borja anotara el primer gol.
Recuerdo que fue en esa escena madre de todos nuestros traumas futbolísticos cuando el locutor Fernando Marcos, que narraba el partido, comenzó a acuñar frases como: “¡ Recuerdo, sin embargo, que muchos años después mi ídolo El Güero Jasso, quien jugó ese Mundial en el estadio chileno de El Sausalito, me reveló que la escena estaba incompleta si no se la veía desde otro ángulo y en instantes previos. Recuerdo que no vi en el Motorola, sin embargo, el primer juego de México contra Francia en ese Mundial. En mi mal sueño, Javier Aguirre, que en ese Mundial estaba en la banca de auxiliar del entrenador Miguel Mejía Barón, sigue sin decirle a García: “No hagas nada, ni un faulecito; que no te pase lo que a mí en el Mundial de México 86”. Y en mi mal sueño, no al final, cuando México perderá en penaltis contra Bulgaria -en cuya liga, por cierto, se tiraban penaltis después de cada partido-; no al final, digo -ni siquiera un poco antes de los penaltis cuando Miguel Mejía Barón “se guardó los cambios”-, sino ahí México empezó a perder el juego. En eso nuestro jugador Javier Aguirre, en un lance inane le hace una entrada estúpida en media cancha a un jugador alemán, como para “mostrarse”, para que “se vea la garra”, y lo expulsan.
En eso nuestro delantero Luis García en un lance inane le hace una entrada estúpida en media cancha a un jugador búlgaro como para “mostrarse”, para que “se vea la garra”, y lo expulsan. García ya estaba amonestado; era necesario que “se escondiera” del árbitro sirio que buscaría compensar la expulsión previa a un búlgaro expulsando a un mexicano. No es así. Poco después del gol mexicano el novato Andrés Guardado quiere “responder” a la fama que se le ha creado, fama de novato “que se entrega”, se atreve, “se muestra”, juega con ganas y “descaro”, y así distraído comete un faul absurdo cerca del área mexicana. En mi mal sueño, no al final, cuando México perderá en penaltis contra Alemania -por cierto, el único equipo que ha anotado todos sus penaltis en la historia de los Mundiales-; no al final, digo -ni siquiera un poco antes de los penaltis cuando el árbitro colombiano le anuló un gol válido al Abuelo Cruz-, sino ahí México empezó a perder el juego. En mi mal sueño, no al final o poco después -ni siquiera al no marcar el árbitro un penalti cuando el defensa estadunidense despeja un centro con el puño en gran flagrancia; ni siquiera cuando Aguirre saca al medio Ramón Morales para meter otro delantero, porque no era posible que México estuviera perdiendo 1-0 en vez de estar goleando ya a los pinches gringos-, sino ahí, en el vestidor, en la arenga de Aguirre, México empezó a perder el partido.
Cuando llegó el centro Borgetti no supo qué hacer a media altura porque no tenía ni reflejos ni cualidades de anticipación defensiva para marcar a Crespo. Crespo en vez de “inventar” como defensa a Borgetti? Recuerdo entonces y vivamente “La hecatombe de Maracaná”, como tituló una crónica retrospectiva de la revista Futbol; antes de atestiguarlo en cualquier corto fílmico, textualmente estuve ahí cuando a Brasil en su casa le bastaba un empate para ser campeón del mundo y los inesperados goles de Giggia y Schiaffino le dieron el triunfo a Uruguay. Recuerdo que la primera transmisión de ese satélite fue una misa del entonces papa Paulo VI, que vimos en el televisor Motorola. Recuerdo que estas pesadillas las soñé por primera vez a color en la primera televisión de este tipo que pudo comprarse en casa de mi madre. Recuerdo el televisor Motorola modelo 1953 que fue como el emblema de mi casa.
Mi padre compró ese televisor en la ciudad de Belice, en la frontera inglesa con el entonces territorio de Quintana Roo y la llevó a la casa de Chetumal. Recuerdo que en ese Mundial los juegos de Brasil no se transmitieron en vivo sino diferidos. Recuerdo que este verano cumpliré 14 Mundiales. Este artículo sigue el formato del “I Remember… A día de hoy, DHgate es la mejor tienda online china para comprar camisetas de fútbol baratas siendo la mejor alternativa para comprar, por ejemplo, tu nueva camiseta del FC Barcelona 2018 – 2019 mucho más barata de lo que pueda contarte una camiseta Oficial.
Si deseas comprar una camiseta de fútbol para tu hijo, esposo, novio, o para ti mismo, simplemente elija el tamaño del producto que desea, complete el número y el nombre que desee, agréguelo al carrito de compras y luego use el método de pago más seguro 🛡: tarjeta de crédito (VISA, MASTERCARD) o PayPal (VISA, MASTERCARD, TARJETA DEBITO), elija un método de envío altamente confiable : Correos y DHL Express. Las camisetas de fútbol más vendidas que podrías personalizar con nombre y número de un jugador o tus propios. Han expulsado a un alemán y México cuenta con un jugador más. En mi mal sueño, no al final o poco después, cuando un balón literalmente se le hace bolas a Rodrigo Lara y se lo deja sin querer al delantero alemán Klinsman para que fusile dentro del área al portero mexicano Jorge Campos; no al final, digo -ni siquiera cuando el lateral Germán Villa permite que Hassler levante un centro hacia el mejor cabeceador del mundo en ese momento, Bierhoff, quien mete el 2-1 en contra-, sino ahí, cuando Luis Hernández opta por el lujo y no por tirar con fuerza creyendo, sintiendo que habría más oportunidades contra Alemania, equipacion barcelona 2022 México empezó a perder el partido.
El Cabrito Arellano empieza una jugada sorpresiva contra los alemanes; al entrar al área le cometen penalti pero el árbitro deja seguir el juego ya que el balón ha rebotado en el poste y está en los pies de Cuauhtémoc Blanco, quien con genial sencillez se la pone hacia atrás a Luis Hernández para que fusile al portero alemán. En mi mal sueño, no al final ni poco después -ni siquiera cuando el árbitro no expulsa al lateral argentino Heinze luego de una falta “de roja” contra el Kikín Fonseca; ni cuando en los tiempos extras el delantero argentino Maxi Rodríguez le mete un gran gol al portero mexicano Oswaldo Sánchez-, sino ahí, con el “efecto Guardado” que acabó por entregar la racha favorable de nuestro equipo, México empezó a perder el partido.