Deniz Naki, delantero alemán de padres turcos, se transformó en 2010 en uno de los máximos ídolos del Sankt Pauli, cuando al celebrar un gol se dirigió hasta la tribuna de los hinchas del Rostock -con el que se enfrentaban y en cuya cancha se disputaba el encuentro-, muchos de ellos neonazis, e hizo la señal de que les iba a cortar el cuello.